martes, 21 de mayo de 2013

PELIGROS BIODIVERSIDAD "LLANOS ORIENTALES"

 
La Región de la Orinoquía enfrenta fuertes transformaciones del paisaje a causa de la expansión de la frontera agrícola, la ganadería en pastos introducidos, las plantaciones de palma africana y arroz, entre otros productos.
 
El reemplazo de los ecosistemas naturales de sabanas y selvas de galería, por grandes extensiones de cultivos monoespecíficos, necesariamente genera un fuerte impacto ambiental en las actividades de su ciclo productivo original. En este proceso, uno de los puntos más polémicos gira en torno a la conservación de la diversidad biológica de los ecosistemas intervenidos. Los arrozales han transformado fuertemente el paisaje de las llanuras de inundación y de algunos sectores de la altillanura; los cultivos de palma africana se han establecido principalmente en las sabanas y selvas del piedemonte llanero y las plantaciones de caucho y pino caribea en las sabanas de la altillanura.
 
La disminución de la biodiversidad y el establecimiento de monocultivos favorecen la proliferación de plagas y enfermedades, debido a la pérdida de los agentes controladores naturales; dicha disminución también afecta la fertilidad de los suelos, puesto que se alteran algunos procesos de las redes microbiológicas edáficas.
 
En los ecosistemas de la Orinoquia se pueden observar algunas interacciones entre insectos y plantas, predadores y presas, que conforman complejas redes tróficas, en las que sus componentes se benefician mutuamente y otras donde compiten por el alimento. Los investigadores que las han estudiado explican que su estructura condiciona muchas de las funciones de los ecosistemas y concluyen que las especies más conectadas desde un punto de vista trófico son claves y su eliminación tiene efectos negativos sobre la estabilidad y persistencia de la red.
 
La importancia de las especies endémicas radica en que su presencia está limitada a determinados lugares. Esta exclusividad las hace vulnerables y por ende relevantes para la conservación.

Esta es la región natural que contiene un mayor porcentaje de la avifauna nacional; no obstante, su estado de conservación deja mucho que desear y los cambios introducidos al medio ambiente, por el desordenado e inconsciente desarrollo agrícola y pecuario, han reducido notablemente las poblaciones de diversas especies y puesto en duda la  supervivencia regional de otras, cuya distribución natural ha tenido en los Llanos una importante zona de alimentación en sus habituales y obligadas rutas de migración transcontinental o regional.
 
En los llanos orientales el chigüiro ha sido cazado principalmente para comercialización legal de carne seca y salada hacia Venezuela. La caza furtiva de las poblaciones silvestres ha causado una disminución y en algunos casos, extinciones locales. El tráfico de carne de chigüiro es un problema difícil de controlar debido a las grandes extensiones por donde se distribuye la especie y la limitada capacidad de las autoridades para controlar los intrincados caminos. En la actualidad, la caza ilegal constituye la principal amenaza para los chigüiros.
 
La caza estacional, se hace con hondas, caucheras y escopetas, dirigida hacia animales como la babilla, la tortuga galapaga y la tortuga icotea; mamíferos grandes y pequeños como chigüiros, cafuches y zaínos, venados, lapas y diversos tipos de pescado como la cachama, el caribe, dorado, pacamú, nicuro y cajaro.

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